El inglés se ha convertido en el idioma universal por excelencia, y por tanto, se ha establecido también como el idioma de los negocios.
El objetivo del uso del inglés, además de facilitar la comunicación entre trabajadores, va más allá, ya que gracias a la fluida y correcta comunicación la empresa ve aumentada su rentabilidad, y su progreso es constante en un mercado global donde quedarse atrás es sinónimo de pérdida.
A día de hoy son miles de empresas en España las que se han dado cuenta de las puertas que abre saber este idioma, por lo que solicitan a sus trabajadores actuales y futuros un buen nivel de inglés que para potenciar habilidades comunicativas y de negocios en ellos.
Asimismo, algunas empresas que han visto necesario el uso del inglés, apuestan por formar a su plantilla y mejorar su nivel mediante clases semanales.No obstante, la enseñanza del idioma a los trabajadores no suele ser una tarea fácil, ya que pueden intervenir una serie de factores que imposibiliten o ralenticen un correcto aprendizaje. Conocer y tener en cuenta estos factores, ayudará a que la formación en la empresa sea favorable, y el tiempo y dinero que se invierta en ello merezca la pena.
¿Qué factores se deben tener en cuenta en la elección del programa de formación?
El tiempo es un factor clave para poder tener un buen rendimiento. Efectivamente elegir un buen horario optimizará los resultados, por lo tanto, es importante ajustar las clases de inglés al horario que mejor convenga a sus empleados, antes de iniciar las tareas por la mañana, o en un momento que afecte en la menor medida al funcionamiento de la empresa.
Si no se establece un horario correcto, nos encontraremos con retrasos, falta de asistencia, falta de atención, desmotivación del empleado y un gasto para la empresa sin ningún beneficio, entre otros.
De la misma forma, es importante que las clases se preparen de forma correcta por parte de los formadores, para que los trabajadores muestren interés y no pierdan la motivación por aprender. Un buen profesor sabrá qué tipo de clase debe impartir a sus alumnos para que aprendan y mantengan las ganas, teniendo en cuenta el cansancio y agotamiento laboral.
Además, para enseñar en las empresas también hay que tener estrategias didácticas y "mucha energía": "Los españoles estudian el inglés durante toda su vida, así que necesitan a alguien que les despierte el interés y les saque de esa monotonía", expresó Natasha Kennedy, directora de TTMadrid, empresa que se dedica a formar a profesores de inglés.
Otro factor importante que debe tener en cuenta la empresa, es organizar correctamente los grupos para que el aprendizaje no se vea afectado. Un número muy elevado de asistentes es posible que ralentice el ritmo de la clase, y por lo tanto, el aprendizaje sea menor. Por lo tanto, el director de recursos humanos debería considerar si es mejor optar por clases más personalizadas en las que el profesor pueda resolver mejor las dudas y las necesidades de cada empleado.
En relación con este último aspecto, es importante tener en cuenta el nivel de los empleados. Si buscamos un aprendizaje eficiente, debemos entender que cada trabajador puede tener un nivel distinto de inglés, y que, en consecuencia, es necesario realizar distintos equipos de trabajo en función del nivel.
En definitiva, el fracaso en estos programas lingüísticos en empresas no sólo es responsabilidad de academias y profesores. Las empresas también tienen su responsabilidad cuando no comprueban el programa de formación elegido u ofrecen estas clases como "premio", ahorran juntado a todos los empleados en una misma clase, no son flexibles con los horarios o permiten la cancelación de las clases.
Tienen la responsabilidad de contratar una formación cualificada, y tener la certeza de que sus empleados están aprendiendo al ritmo deseado. Por el contrario, ni empresa ni empleados cumplen los objetivos deseados.
Pero, ¿cómo saber si estoy tomando la decisión correcta en la elección del programa de formación de mi empresa?
No siempre todos los dptos. de RRHH cuentan con recursos o conocimientos para tomar la mejor decisión. Por ello es recomendable recurrir a una consultora de idiomas que pueda analizar el estado actual de la empresa en cuanto a nivel de idiomas, el objetivo general e individual y proponerte diferentes soluciones de programas formativos en función de las variables que necesites controlar: el presupuesto de la empresa, la disponibilidad o ubicación de los trabajadores, el tiempo de dedicación, entre otros factores.
Cuando la empresa invierte en esta fase inicial de la mano de profesionales, el retorno de la inversión es 100% seguro y en los primeros meses.
Y, ¿cómo saber si los trabajadores están mejorando su nivel de inglés?
Es otra de las grandes incógnitas de muchas empresas que inician un programa de formación de idiomas sin medir, o creen haber escogido el mejor programa. Pero...¿realmente están obteniendo los resultados prometidos por el formador o esperados? Siempre será necesario medir para mejorar y conocer si se están cumpliendo los objetivos establecidos. Para ello, dispones de diversas herramientas de medición del nivel del idioma que te permitirán hacer un seguimiento tanto al inicio del programa, como una evaluación intermedia o al final para medir resultados.
En Capman trabajamos con diversas herramientas de medición de idiomas líderes en el mercado, como son las pruebas TOEIC-Test Of English for International Communication o 360LPT evaluación online, y ayudamos a nuestros clientes a utilizarlas de una manera sencilla y flexible que no afecte al resto de procesos productivos.
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